miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mi abuela, titín y la resaca de Halloween


     Me encanta disfrazarme. Es una debilidad que tengo. Como no hay muchas ocasiones al año para dar salida a esta afición, siempre que puedo me lo curro bastante. Este año íbamos algunas de novia cadáver y otras de diablas. Llevábamos hasta lentillas de colores. Los chicos no quisieron salir (que pena). Lo mejor de todo es que la novia de mi hermano iba con el traje de novia con el que se casó mi madre, y yo con su velo. Nadie se lo podía creer "¿Cómo te ha dado tu madre permiso para hacer eso con el traje?" Nosotras decíamos "Pues como no tiene pensado ponérselo hasta dentro de dos semanas, hemos pensado que le da tiempo a llevarlo a la tintorería"

    El caso es que, después de una noche muy divertida, con el centro a reventar de gente, y muchísima gente disfrazada (me encanta) me acosté a las 6 de la mañana. Ayer vino mi abuela a despertarme para ir al cementerio, y por el camino me preguntó que para cuando teníamos que preparar la cena de acción de gracias. Tiene un punto mi abuela. Por la tarde se le antojó que fuéramos a ver Tintín. Como en casa todos lo hemos leído antes o después, allí que nos plantamos.

    La peli está muy bien, muy conseguidos los personajes, aunque yo me hubiera ahorrado lo del 3D. Es una tecnología a la que le queda mucho por conseguir. Yo aún diría más, es una tecnología a la que le queda mucho por conseguir.

lunes, 10 de octubre de 2011

Suspenso, claro.


     Suspendí mi primer examen. Lo hice bien, pero cuando el examinador me dijo que aparcara, tuve a bien hacerlo en un vado. Cuando se fue el examinador mi profesor me dijo "Suspenso, claro" A mí no me hizo mucha gracia, pero mi hermano estuvo riéndose cinco días. Me dijo que le recordaba a un anuncio de hacía mil años, lo encontramos en youtube, y aquí os lo pongo.

     Me presenté una semana más tarde. Mi madre quería que diera más clases, pero mi padre dijo "A ver si va a ser la primera persona del mundo que primero aprende a conducir y luego se saca en carné" Así que me presente otra vez y esta vez sí. ¡Lo tengo! Ahora solo necesito aprender a conducir. No es tarea fácil, porque he descubierto que a los conductores noveles no nos dejan conducir a no ser que no quede otro remedio. Por ejemplo, el viernes mi hermano se fue a Barcelona de boda y necesitaba que le llevaran al aeropuerto. La única que podía era yo, y ¡ni siquiera me dejó conducir a la ida! Así que la primera vez que cojo el coche de mi padre, y voy sola como la una. Durante esta experiencia me fue revelada una verdad universal: es absolutamente imposible estornudar con los ojos abiertos.

     ¿Por qué el símbolo de "conductor novel" es una L? 

jueves, 22 de septiembre de 2011

La lista de la felicidad.

     En el mes de septiembre, igual que en el de enero, todos nos ponemos a régimen y nos apuntamos al gimnasio. Mi amiga Ana y yo, en lugar de eso, hemos hecho una lista que hemos llamado "La lista de la felicidad" que consiste en pequeñas que pueden cambiar o no tu suerte. En realidad el resultado no importa, lo que importa es hacerlas. Es fundamental que la lista esté compuesta por cosas que solo dependan de una misma. La mía es más o menos así:

     - Jugar más al baloncesto y no perderme ningún partido del estudiantes (¡Pepu ha vuelto!)

    - Presentarme ya al práctico de conducir (de hecho me presento el martes, cuchi que nervios)

     - Matricularme de un curso de inglés en la Universidad (mañana voy a hacer la matrícula)

     - Pedir una beca Erasmus

     - Conocer en profundidad las calas de Cabo de Gata y hacer esnórquel

     - Estudiar más que el año pasado (no es muy difícil)

     - Comprar ropa nueva y gafas nuevas. Hay que cambiar.

     - Decirle a todas las madres que conozco que doy clases particulares de física, química y matemáticas.

     - Empezar un libro nuevo.

     Y así estamos, todo el día añadiendo cosas nuevas y muy contentas las dos. Si alguien tiene sugerencias, las aceptamos. El libro que he empezado es "El señor de las moscas" Me lo ha dejado Jesús, dice que es espeluznante. Espero que así sea. En la imagen estoy con el libro en la cala de en medio, cerca de Aguamarga. Como veis me estoy tomando muy en serio lo de la lista.

     ¿Os animáis vosotros a hacer una?

miércoles, 31 de agosto de 2011

Feria y examenes de septiembre.


     Nunca me había pasado una cosa semejante. He tenido que vivir la feria con mesura (¿qué sentido tiene eso?) dada la cercanía de la misma con la fecha de los examenes de las cuatro asignaturas que me han quedado para septiembre. Eso sí, he hecho lo que he podido.

     Mi día estrella fue el jueves, comí de tapas, por la tarde estuve de copas, con espectáculo de los de "Fama a bailar" incluido (¿?) No me esperaba yo que los concursantes de ese programa quedaran para bailar en las discotecas en feria. Después estuve en el concierto de Vetusta Morla (buenísimo) y en la feria de la noche en el recinto. Acabé destrozada, pero feliz.

     Y no me fui a la cama sin aprender algo nuevo. En la primera fase, aun en la plaza de San Pedro, estuvimos Jesús, Mar, Ana y yo bebiendo en porrón. Es un juego de sobra conocido, que consiste en que uno sujeta el porrón y otro bebe, con lo que la persona que bebe no es la que decide cuando empieza, cuando termina, ni la dirección del líquido a ingerir. Elegimos rebujito siempre porque a la feria hay que ir divina de la muerte, y si lo hacemos con tinto de verano ya vamos hechas unos zorros todo el día. Bien, pues en una de estas estaba yo limpiándome las gafas de rebujito, cuando Jesús decidió que la siguiente en beber era yo. Mi descubrimiento es que el vino el el ojo pica como un demonio. Así que ya sabéis, llevar gafas en feria tiene múltiples ventajas, que no te caiga vino en el ojo es una de ellas.

     Voy a seguir estudiando. Os dejo a Vetusta Morla en directo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¡Baloncesto!


     Anoche disfruté de lo lindo viendo jugar a la selección española de baloncesto jugando contra Francia en Almería, como otros muchos que andabais por allí. En realidad a mi Scariolo me cae gordísimo y todavía me lamento de que echaran a Pepu como seleccionador, pero como ahora vuelve a entrenar a mi Estudiantes querido, no me importa muchísimo.

      Otra novedad es que he aprobado el teórico a la primera (con tres fallos, que era lo que yo quería) y ahora estoy empezando con las clases prácticas. No se me da mal, pero me da la risa cuando el profesor me dice que mire por los espejos (¿no tengo ya bastantes cosas que hacer?) aunque lo conseguiré pronto. Tengo problemas para distinguir la izquierda de la derecha con una cierta velocidad, así que mi profesor (Luis, un gran nombre, aunque muy poco agradecido en Almería) y yo nos reímos mucho.

     Esta mañana mi hermano me ha pedido que le coja una cuchara del lavaplatos y cuando lo he abierto todavía estaba caliente y se me han empañado las gafas. También nos hemos reído mucho (la verdad es que las vacaciones son muy dadas a la risa)

     ¿No os parece que huele ya un poco a feria? Que nervios.

lunes, 11 de julio de 2011

Aprendiendo a conducir.


     Después de un relativo éxito en mis exámenes de junio (vamos, que ha sido más bien un fracaso, pero a mí me gusta ver el vaso medio lleno) este verano me he apuntado a la autoescuela. El jueves tengo el examen práctico. Muy valiente me parece a mí que fui al ponerme fecha, porque esta mañana aun no he aprobado ningún test.

     La semana pasada fui a hacerme el certificado médico. Llevaba las gafas, y el de la clínica me dijo todo inocente "vamos a hacerte las pruebas sin las gafas por si cuela y no tenemos que decir en el permiso que las tienes que llevar" Como mi hipermetropía ha bajado considerablemente desde que me pusieron gafas hace ya 10 años, me dije a mí misma "¿por qué no intentarlo?" El fracaso fue absoluto (obsérvese en el párrafo anterior como he sido capaz de hablar de un fracaso como un éxito para un mejor entendimiento de ésta última frase)

     Ahora me pregunto "Si me paran y voy con lentillas en lugar de con gafas ¿Tengo que sacarme las lentillas para que las vea el agente?" o "Si voy con gafas de sol graduadas ¿va a comprobar el agente que efectivamente lo están?" Y como esas tengo al menos 4 preguntas más, así que auguro que esta tarde mi profesor se va a poner un poco nervioso con tanta pregunta.

     En breve os contaré qué tal el examen.

jueves, 2 de junio de 2011

Maldita Shakira.


     Mira que, siendo como soy del Estudiantes y del Almería, tengo un sentimiento anticulé y antimadridista típico también en gente que sigue al Atlético de Madrid. Ni si quiera es un sentimiento muy pronunciado, no les deseo la derrota cuando juegan contra un equipo extranjero y eso. Pero cuando vi en las noticias a Shakira bailando con Piqué pensé "Y yo me he comprado la entrada para ir a ver a esta" Lo que hace el amor. En realidad lo pensé porque estoy muerta de envida. Ya me gustaría a mí echarme un novio futbolista de 25 años cuando llegue yo a los 35.

     Había metido yo el concierto de Shakira en mi plan de estudio con calzador, teniendo la tarde libre para no pillar atasco y no tener mal sitio, me visto para bailar el waka waka de tal forma que Antonio olvide para siempre a su novia polaca, y cuando me disponía a ponerme el rimel (después de maquillarme teniendo en cuenta que mis gafas de hipermétrope hacen mis ojos más grandes) me dice mi madre que acaban de decir por la radio que el concierto se suspendía.

   Y ahora... ¿qué hago? Llamé a Jesús y me fui con él al paseo marítimo. "Mira, no se distingue el horizonte de las nubes" Pensé "Si hubiera ido al concierto de Shakira me hubiera perdido esto" 

 

    

viernes, 13 de mayo de 2011

Cine en VO.


     Ayer, después de haber conseguido mi record absoluto de tres tardes de concentración estudiando "Geología y Edafología" engañé a Jesús y a Mar para darnos un premio e ir al cineclub. Es la única forma de ver cine en versión original en Almería, y sobretodo cuesta 3€ y no hay que discutir sobre "¿qué peli vamos a ver?"

     La peli de anoche "Tengo algo que deciros" era una comedia italiana, muy divertida. Pero claro, ninguno de los tres hablamos italiano, aunque suena más familiar, cuando la peli es en inglés igual tienes alguna posibilidad de no leer los subtítulos. Pero ayer no era el caso.

     Bien, pues voy a comprar las entradas y me pregunta la chica de la taquilla "¿Dónde las quieres?" Llegados a este punto hay que decir que Mar es astigmata de un ojo, Jesús bastante miope, y yo ya sabéis que astigmata e hipermétrope. Después de consultar con mis compañeros, y comprobar que todos llevamos las gafas, le contesto a la chica "En el centro". "En el centro no me quedan tres asientos juntos". Y ya sin consultar digo: "Pues entonces al final" Que queréis que os diga, no me gusta sentarme delante en el cine, para qué más polémica, alguien tenía que tomar una decisión.

     Fila 14, mis acompañantes dicen "¡pues menos mal que le has dicho que en el centro!" Me hago la longuis. Todo el mundo desenfunda las gafas, Mar me pide algo para limpiarlas y acaba pidiéndome que se las limpie yo (tengo más práctica) Jesús es más independiente y utiliza su camiseta. Supongo que al final a todos nos fue bien porque nos reímos de lo lindo.

     No tengo ganas de estudiar así que como es viernes supongo que encontraré a alguien para ir un rato al Demodé.

miércoles, 27 de abril de 2011

¡Que viene el toro!


     Mi padre ha leído mi blog. No se muy bien como lo ha encontrado. Creo que solo ha leído la primera entrada, así que por ahora se ha reído y me ha contado una historia bastante buena. Espero que no llegue a la entrada del día que no fui a clase y declaré mi amor secreto por Antonio.

     Según mi padre, él nació con gafas y parche. Mi abuela me ha dicho que no, que con 3 o 4 años vio que torcía un "ojico" y que todo empezó ahí, sólo que él no tiene recuerdos antes de esa edad. El caso es que mi padre, además de guapísimo, es bastante chato y parece que a esas edad era imposible que sus gafas se sostuvieran en su nariz, que era una línea paralela a su cara. Dicen que mi abuelo propuso que le sujetaran las gafas con una escarpia, pero el óptico descartó esta posibilidad (menos mal que había alguien cuerdo es ese equipo) y le sujetaron las gafas desde las orejas, con unas patillas de lo más arqueadas. La verdad es que nos hemos reído con la historia.

     Tengo 6 exámenes del 9 al 21 de junio. Empieza el remordimiento después de habérmelo pasado de lujo en Semana Santa, pero por ahora solo me hace ir a la biblioteca y estar más fuera que dentro. Supongo que en un par de semanas se invertirá esta tendencia...

martes, 19 de abril de 2011

Lunes Santo en Almería.

     Ayer fui a darme una vuelta por el centro a ver procesiones, cosa que pienso hacer todos los días de esta semana. Me gusta como suena y como huele la Semana Santa.

     Se levantó viento por la tarde, como corresponde cuando es primavera en Almería. El viento trajo nubes, cosa que me hizo pensar que igual me quedaba sin procesiones por la noche. Pero no. Alguna salió tarde, la Macarena tuvo hasta que refugiarse un rato en San Pedro, pero ninguna se quedó sin salir.

     Si hubiera pasado por casa, viendo el cambio de tiempo, me hubiera puesto las lentillas, pero me la jugué porque me invitaron a comer carne con tomate en la Cañada y eso no me lo podía perder. Además, a mí me gusta muchísimo ir con gafas porque no me veo sin ellas (y no lo digo solo en sentido figurado, es que si me las quito no me veo en el espejo). Pero cuando llueve siempre te da por pensar que para cuando unas gafas con parabrisas. Así que el hecho de que sólo goteara de vez en cuando no solo benefició a las cofradías, sino también a mí misma, y al menos también a Mar, una amiga mía que venía conmigo. Ella no ha llevado gafas nunca pero ahora lleva unas enormes. dice que tiene astigmatismo, yo creo que se las ha comprado sin graduación porque le gusta las que lleva Jennifer Aniston. Fuimos juntas al Alborán, pero ella ahora estudia en Granada, así que la echo de menos. Creo que iré a verla pronto.

     ¡Que disfrutéis de las vacaciones!

martes, 12 de abril de 2011

Una mañana bien aprovechada.


     Esta mañana no he tenido fuerzas de afrontar la clase de "matemáticas aplicadas a las ingenierías agrícolas" y Jesús y yo nos hemos ido a desayunar al romera. La situación de haberse puesto el despertador a las 8 y haber cogido el autobús para estar toda la mañana jugando al futbolín es sencillamente maravillosa. Como estaban todas las mesas libres (un sueño hecho realidad) hemos jugado todo el rato contra Antonio y Chris, un erasmus inglés que está pensando en dejarlo todo para dedicarse a tocar la guitarra flamenca y vivir toda la vida en el Zapillo.

     Nos hemos reído, sobretodo cuando Jesús intentaba marcar haciendo la cuchara, vamos, lo que viene siendo hacer saltar la pelota por los aires. Es entonces cuando me entra el pánico, y lo dejo todo por cubrir mis gafas y mis dientes. Yo creo que solo juega para hacerme sufrir, porque el espíritu ese de "a mí no me gusta perder ni a las canicas" no lo tiene. Yo sí. Creo que está secretamente enamorado de mí. Yo estoy secretamente enamorada de Antonio, que a su vez está públicamente enamorado de una erasmus, pero no me importa muchísimo porque tendrá que volver pronto a Polonia.

     Ahora tengo un poco de remordimiento, pero se me pasará pronto.

martes, 5 de abril de 2011

Yo, los deportes y mis lentillas.


     Juego al baloncesto en el equipo de la Universidad. Me encanta el baloncesto. Creo que me viene por la rama paterna: Mi padre estudió en el Ramiro de Maetzu así que mi equipo es el Estudiantes. En realidad también soy del Almería, que bien me hizo sufrir ayer (me cago en el atlhetic, Llorente incluido) y estoy profundamente enamorada de Nadal y Pedrosa (que no de Lorenzo)... Vamos, que me gusta el deporte en general, y el baloncesto en particular.
 
     Esto le ha costado a mí madre algún disgusto que otro, porque yo ya jugaba cuando me pusieron las gafas. Así que enseguida tuve preparadas mis primeras lentillas. Yo no me acuerdo, pero creo que para adaptármelas en la óptica tuvieron que sujetarme entre varios. Supongo que no es fácil que un niño entienda que tienen que meterle cosas en el ojo por su bien. Le dijeron a mi madre que no se preocupara, que seguro que para la primera comunión se las pedía. Pero no, no tuve yo problemas por hacer la comunión con gafas. Mi problema era que mi necesidad de utilizar gafas para desenvolverme de una forma natural en el mundo y mi gran tendencia a practicar juegos de balón en los recreos, patios y plazas era bastante incompatible. Así que un buen día le pedí a mi madre las lentillas. Durante una semana mi madre me sujetaba y mi hermano me ponía las ponía mientras yo hacía todo tipo de movimientos para evitarlo, aunque en realidad lo que quería era que me las pusieran. Era algo como cuando Dumbledore le pide a Harry Potter que pase lo que pase le obligue a beber el Horrocruxes líquido que contiene parte del alma de Voldemort. Entre todos lo conseguimos, igual que el poderoso mago y Harry, con un poco de esfuerzo, pero necesario para llevar la vida deportiva que quiero.

martes, 29 de marzo de 2011

El Alcalde de Zalamea.

     El viernes mi madre nos invitó al teatro. Fuimos mi hermano Rafa, su novia (a la que a partir de este momento denominaré "la arpía") mi abuela, mi madre y yo. La que iba más ilusionada, con diferencia, era mi abuela. Pensaba yo que porque íbamos a ver una cosa más de su época. Fíjate que hasta se entretuvo en programar sus audífonos en modo "cine" (ella dice que le encantaría que tuvieran un modo para no escuchar sandeces, pero mientras lo inventan, lo apaga o lo enciende según le caiga la persona que tiene delante).

     Yo ya había ido al Maestro Padilla unas cuantas veces, la última porque mi amiga Ana se presentó a "Diosa del Carnaval" con su disfraz "Patio andaluz" Llevaba varias macetas de sombrero. Estuvo bien porque se llevó unas perras por quedar tercera. Lo malo es que tuvo que salir luego en la cabalgata con las macetas de sombrero durante unas cuantas horas. El año que viene se pensará dos veces qué ponerse en la cabeza antes de subirse a ese escenario.

     Como íbamos muchos mi madre compró las entradas baratas, lo que quiere decir que estábamos todo lo lejos del escenario que se puede estar en el Auditorio de Almería. A mí me vino bien por mi hipermetropía y por la miopía de la arpía.

     Estoy contentísima de haber ido. Me sorprendió como algo escrito en el siglo XVII puede hacerte reír y sufrir de esa manera, me encantó que mi abuela estuviera tan emocionada, y que la arpía no se enterara ni del trueno.

     Ahora os dejo que mañana tengo que entregar una práctica de Física.

jueves, 24 de marzo de 2011

De cómo empezó todo.


     Tendría yo unos ocho años cuando vino un óptico al colegio. Todos recordaréis lo emocionante de ese día y también lo pendiente que estábamos todos de los resultados, el propio y el ajeno. A mí me mandaron de vuelta a casa con una carta para mis padres, carta que me llevó a Óptica Almería. Es un trajín divertido el de una óptica, más para una niña de 8 años, hay muchas máquinas raras, hay que leer cosas sobre distintos colores, todo el mundo es muy majo y te dan caramelos. 



     Por suerte hoy en día existen monturas para niños, a mí me gustaban mis primeras gafas, pero temía el momento de aparecer en el colegio con ellas. Una semana después de la visita del óptico, como siempre mi abuela nos llevó a mi hermano mayor y a mí al colegio. Pero esta vez me dio un cuaderno, un lápiz y las siguientes instrucciones:

     “Si cualquiera de tus compañeros hace el más mínimo comentario a cerca del hecho de que lleves gafas apuntas su nombre en este cuaderno. En el recreo buscas a tu hermano y se lo das”

     Esa mañana apunté tres nombres en mi cuaderno, el de Antonio García por decirme empollón, el de Margarita Berenguel por llamarme cuatro ojos, y el de mi amor, Carlos Cano, que no me dijo nada, pero tampoco me dijo lo guapa que estaba.


     Como era muy obediente cuando quería, en el recreo busqué a mi hermano Rafa, un gigante de 13 años, que con un par de amigos de su clase arrinconó a los tres desgraciados de mi lista negra para decirles a saber qué. Nunca nadie volvió a decir ni media palabra a cerca de mis gafas y Carlos Cano no volvió a mirarme a los ojos hasta que nos dimos la paz en la primera comunión.

     ¿Alguna anécdota a cerca de vuestro primer día?

lunes, 21 de marzo de 2011

Con lo poco que me gustan a mí las explicaciones...

    


     Después de meses dándole vueltas me he animado a escribir este blog, donde quiero contar como veo la vida a través del cristal de mis gafas. Mi ciudad, mi familia, mis amigos, mis proyectos... Todo con un toque de humor que espero disfrutéis como ya lo estoy haciendo yo.

     Me gustaría empezar con un poema de José Antonio Muñoz Rojas que leí una vez en un vagón de la línea 4 del metro de Madrid que me hizo reír bastante:

Señor que me has perdido las gafas,
¿por qué no me las encuentras?
Me paso la vida buscándomelas
y tú siempre perdiéndomelas,
¿me has traído al mundo para esto,
para pasarme la vida buscando unas gafas,
que siempre están perdiéndoseme?
Para que aparezca este tonto
que está siempre perdiendo sus gafas,
porque tú eres, Señor, el que me las pierdes
y me haces ir por la vida a trompicones,
y nos das los ojos y nos pierdes las gafas,
y así vamos por el mundo con unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que nos das,
dando trompicones, buscando unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que no nos sirven.
Y no vemos, Señor, no vemos,
no vemos Señor.

     En la imagen mi segunda casa: El CIDU y mi facultad. Mi primera casa es el Romera, pero de eso ya hablaré otro día.