martes, 12 de abril de 2011
Una mañana bien aprovechada.
Esta mañana no he tenido fuerzas de afrontar la clase de "matemáticas aplicadas a las ingenierías agrícolas" y Jesús y yo nos hemos ido a desayunar al romera. La situación de haberse puesto el despertador a las 8 y haber cogido el autobús para estar toda la mañana jugando al futbolín es sencillamente maravillosa. Como estaban todas las mesas libres (un sueño hecho realidad) hemos jugado todo el rato contra Antonio y Chris, un erasmus inglés que está pensando en dejarlo todo para dedicarse a tocar la guitarra flamenca y vivir toda la vida en el Zapillo.
Nos hemos reído, sobretodo cuando Jesús intentaba marcar haciendo la cuchara, vamos, lo que viene siendo hacer saltar la pelota por los aires. Es entonces cuando me entra el pánico, y lo dejo todo por cubrir mis gafas y mis dientes. Yo creo que solo juega para hacerme sufrir, porque el espíritu ese de "a mí no me gusta perder ni a las canicas" no lo tiene. Yo sí. Creo que está secretamente enamorado de mí. Yo estoy secretamente enamorada de Antonio, que a su vez está públicamente enamorado de una erasmus, pero no me importa muchísimo porque tendrá que volver pronto a Polonia.
Ahora tengo un poco de remordimiento, pero se me pasará pronto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
te atreves porque tu madre no lee tu blog
ResponderEliminarNo es mi madre muy de últimas tecnologías, no. Si algún día le da por ahí tendré que destruir el blog.
ResponderEliminar