martes, 5 de abril de 2011

Yo, los deportes y mis lentillas.


     Juego al baloncesto en el equipo de la Universidad. Me encanta el baloncesto. Creo que me viene por la rama paterna: Mi padre estudió en el Ramiro de Maetzu así que mi equipo es el Estudiantes. En realidad también soy del Almería, que bien me hizo sufrir ayer (me cago en el atlhetic, Llorente incluido) y estoy profundamente enamorada de Nadal y Pedrosa (que no de Lorenzo)... Vamos, que me gusta el deporte en general, y el baloncesto en particular.
 
     Esto le ha costado a mí madre algún disgusto que otro, porque yo ya jugaba cuando me pusieron las gafas. Así que enseguida tuve preparadas mis primeras lentillas. Yo no me acuerdo, pero creo que para adaptármelas en la óptica tuvieron que sujetarme entre varios. Supongo que no es fácil que un niño entienda que tienen que meterle cosas en el ojo por su bien. Le dijeron a mi madre que no se preocupara, que seguro que para la primera comunión se las pedía. Pero no, no tuve yo problemas por hacer la comunión con gafas. Mi problema era que mi necesidad de utilizar gafas para desenvolverme de una forma natural en el mundo y mi gran tendencia a practicar juegos de balón en los recreos, patios y plazas era bastante incompatible. Así que un buen día le pedí a mi madre las lentillas. Durante una semana mi madre me sujetaba y mi hermano me ponía las ponía mientras yo hacía todo tipo de movimientos para evitarlo, aunque en realidad lo que quería era que me las pusieran. Era algo como cuando Dumbledore le pide a Harry Potter que pase lo que pase le obligue a beber el Horrocruxes líquido que contiene parte del alma de Voldemort. Entre todos lo conseguimos, igual que el poderoso mago y Harry, con un poco de esfuerzo, pero necesario para llevar la vida deportiva que quiero.

3 comentarios:

  1. Mejor que gafas partidas por la mitad y cara llena de heridas, sin duda!

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  2. Hombre, era más bien porque no se rallaran las gafas. Soy bastante cafre, pero no para tanto. ¿Nos conocemos Jason? Creo que te he visto en un escaparate...

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  3. Oh yes! Estuve bien? Yo si era tan bestia, el fiso llegó a ser una gran aliado!

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